El Buen Fin ha llegado para quedarse. Esta frase es la que proclaman las grandes empresas, y cómo no hacerlo si tan sólo en el 2012 se registraron compras por 142 mil millones de pesos. Si bien es cierto que también las pequeñas y medianas empresas tienen ganancias en esta gran venta, también es cierto que la “gran tajada” se la llevan los grandes emporios y grandes marcas.
Por mi propia experiencia puedo afirmar que salí airosa del buen fin, pues pude resistir los cuatro días sin comprar nada por más atractivo que pareciese, aunque debo aclarar que no fue por mi gran fuerza de voluntad, sino más bien por mi Enoclofobia pues el sólo hecho de pensar que al salir de mi casa iba a estar en medio de una multitud me hacía sentir acorralada.
Sin embargo me sentí ligeramente mal por no contribuir a la “economía del país”, lo cual me hizo formularme una pregunta, ¿Acaso hay ofertas realmente buenas, por las cuales valgan la pena gastar dinero, el cual no tenemos gracias a esta crisis que parece ser permanente? O es sólo el deslumbre que nos causa ver la palabra oferta en todos lados lo que nos hace olvidar nuestra realidad. Lo único de lo que estoy segura es que el buen fin llegó para quedarse.
¿Cómo sobreviví al buen fin?
Por Aída Pérez
Martes, 26 de Noviembre de 2013